Las representaciones de mujeres en la pintura de Murillo adquieren una gran relevancia, estando presentes en casi la mitad de su producción, bien como protagonistas, bien como personajes que otorgan a las obras un preciso significado.

Las mujeres recreadas por el artista son, fundamentalmente, y al igual que las figuras masculinas, personajes religiosos, entre los que alcanza especial protagonismo la Virgen María, en sus diferentes advocaciones, así como las santas y mártires cristianas; no obstante, Murillo también representó personajes femeninos en retratos, alegorías y episodios del Antiguo Testamento.

En estas representaciones, Murillo supo construir un estereotipo femenino caracterizado por unos rasgos plenamente originales y perfectamente reconocibles, cuya influencia trascendió ampliamente al artista y se proyectó en los siglos posteriores, siendo imitado hasta la saciedad y generando cierta polémica en algunos historiadores decimonónicos.

En este Itinerario se incluyen obras que permiten observar la evolución de Murillo en la representación de figuras femeninas, desde los modelos del primer barroco de sus primeras obras –como La Virgen entregando el rosario a Santo Domingo o Santa Catalina- hasta su período de plenitud, en el que construyó un exitoso prototipo a partir de equilibrados elementos de idealización y de realidad.